The Phoenix Project, tus problemas de IT no son tan unicos

Hace un par de años me recomendaron leer The Phoenix Project, no lo hice, en parte porque tenía otros temas, pero principalmente porque mi dominio del idioma Inglés no me lo permitia. Ahora, hace un par de dias, me lo volvieron a recomendar y esta vez si lo pude leer. Es una novela, si, pero refleja tan bien lo que es trabajar en un proyecto de software que ahora no paro de recomendarlo a todo el mundo.

The Phoenix Project nos cuenta la historia de Bill, un DevOps devenido en manager, que queda a cargo de todo el equipo de operaciones de un gran compañia donde sistemas es tomado como área de soporte del core de negocio que es el de producir partes para autos. A lo largo de las páginas lo acompañamos en algunos éxitos y varios fracasos relacionados a tener un sistema productivo.

Los autores, muy sabiamente, van introduciendo muchos conceptos y promoviendo prácticas que creen que son beneficiosas para proyectos de IT. Lo hacen de forma tal que uno acompaña a Bill a lo largo de camino de aprendizaje. A su vez nos encontramos con algunos personajes entrañables y con algunos otros que nos generan rechazo. Me vi constantemente haciendo paralelismos entre los personajes y personas de mi día a día.

Ya en las primeras páginas arranca con un outage general causado, en parte, por Bill dejándose convencer de deployar a producción un proyecto sumamente riesgoso. Luego de eso, y de noches sin dormir, Bill comienza a entender que cosas causaron esa caída y cómo solucionarlas. En esencia toda la primer parte cuenta el típico camino del héroe, en este caso con una historia de IT por detrás.

Uno de los conceptos que introduce el libro es el definir el trabajo. ¿Que es trabajo en IT? Responder esa pregunta te habilita pensar tus procesos como cualquier otra actividad productiva. Hacer software es ingeniería no es arte y se tiene que abordar con un punto de vista ingenieril. Eso me gusta. Al final llegan a la conclusión de que el trabajo es:

  • Proyectos del negocio.
  • Proyectos internos.
  • Cambios.
  • Trabajo no planeado.

Donde el trabajo no planeado es lo peor que nos puede pasar.

El paso siguiente es pensar el desarrollo de software como un todo. Usando el concepto de las tres vías. Concepto que se trabaja en otros libros y sobre el que se puede profundizar pero que se puede resumir en:

  • Primera via: El trabajo fluye en una sola dirección… Entonces buscamos evitar el retrabajo y nos esforzamos en hacer que ese fluir sea el mejor posible. Para ellos tenemos que encontrar los cuellos de botella y accionar de forma tal que aumentemos nuestro throughput.
  • Segunda via: Ciclos de retroalimentación (feedback) cortos y amplificados. Muy de Lean, fail fast y esas cosas. En vez de desarrollar durante 12 meses para deployar algo que ya está obsoleto hacerlo de forma tal que uno pueda salir a producción 10 veces por dia.
  • Tercera via: Experimentacion continua, para aprender de los errores y lograr la maestría. Es como dicen, la practica hace al maestro. Y practicar implica equivocarse y aprender de ello.
La primera via Dev -> Ops. La segunda via el feedback, Ops -> Dev. La tercera vía todo lo que pasa en el medio con ciclos cortos que nos permitan aprender.

Es importante que sepamos que es una novela. No es un manual, no es una guia y mucho menos es un libro que nos pretende vender una forma de trabajo. De todas formas al leerlo, si son del mundo de IT, van a notar que lo que les duele a los protagonistas son las mismas cosas que nos duelen a nosotros en nuestro día a día.

Al final nos damos cuenta que nuestros retos no son tan únicos como nos parecen cuando nos encontramos con ellos por primera vez. Que los retos que se enfrentan los roles más cercanos a management son muy similares en en todos los rubros y que el éxito viene de lograr que todas las partes trabajen en conjunto.

Un gran complemento a este libro, mucho mas tecnico, es The DevOps Handbook, que recorre las tres vías con sumo detalle. A su vez hace un par de meses (Noviembre de 2019) publicaron The Unicorn Project, donde se abarca esta misma temática pero desde el punto de vista de los desarrolladores.

En The Unicorn Project se presentan los 5 ideales:

  • Localidad y Simplicidad
  • Foco, Flujo y Alegría
  • Mejora del trabajo diario
  • Seguridad psicológica
  • Foco en el cliente

Estoy deseoso de leer este libro, me parece un buen complemento a The Phoenix Project. Ambos libros creo que tienen por detrás un montón de conceptos e ideales que no son tan explícitos pero que hablan de una nueva de trabajar. Conceptos muy relacionados con el agilismo y que está bueno incorporar.

Mis notas sobre “Inteligencia Emocional” de Daniel Goleman

En cada uno de nosotros se superponen dos mentes: La mente racional y la mente que siente. Aunque son relativamente independientes y son el resultado del funcionamiento de circuitos cerebrales diferentes están interrelacionadas. Cuando estas dos mentes están coordinadas logran que los sentimientos condicionen y enriquezcan los pensamiento y lo mismo a la inversa.

En el libro Goleman intenta entender los factores que diferencian a los trabajadores “estrella” de los otros ubicados en un punto medio, incluso entre un psicopata asocial y un líder carismático. La conclusión principal puede reducirse a: Los CEO son contratados por su capacidad intelectual y su experiencia comercial y despedidos por su falta de inteligencia emocional.

Portada de libro Inteligencia Emocional

Los CEO son contratados por su capacidad intelectual y su experiencia comercial y despedidos por su falta de inteligencia emocional

Partiendo de que las habilidades emocionales son susceptibles de aprenderse y perfeccionarse a lo largo de la vida Goleman nos invita a recorrer algunas de las habilidades que conforman la Inteligencia emocional: el autocontrol, el entusiasmo, la empatia, la perseverancia y la capacidad para motivarse a uno mismo.

Emociones en el cerebro

La emociones y la racionalidad habitan en dos partes diferentes del cerebro, que surgieron en momentos diferentes de la evolución humana. De esta forma pasa que respondemos instintivamente con recursos emocionales adaptadas a las necesidades del Pleistoceno.

En principio tenemos el sistema límbico y la amígdala que nos aportan las emociones y nos permite darle significado a la vida. Sin la amígdala nos sería imposible reconocer las cosas que hemos visto y darle algún valor. Sobre esta base se desarrolló el neocórtex. Esta región del cerebro es la que nos brinda gran parte de lo que nos hace humano: el pensamiento, la capacidad de reflexión sobre los sentimientos y la posibilidad de planificar a largo plazo entre otros.

Con el neocórtex surgió la capacidad de tener sentimientos sobre nuestros sentimientos, inducir emociones o inhibir las pasiones. Es fácil caer en la trampa de creer que nuestro raciocinio está por encima de nuestros sentimientos que nuestro razonamiento es el responsable de todos nuestros actos. La realidad es que por su influencia o por atajos cerebrales la amígdala muchas veces se hace cargo. Es que la amígdala nos permite responder de forma inmediata, pero sin tener en cuenta toda la complejidad de la situación, sino limitándose a asociarla con los recuerdos emocionales.

En el funcionamiento de la amígdala y su relación con el neocórtex está el sustento neurológico de la inteligencia emocional. Entendiendo esta con la capacidad que indicó Aristóteles de enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el proposito justo y del modo correcto.

Muchas inteligencias

Inteligencias multiples de Gardner… fuente de la imagen: http://www.alejandraranzpsicologia.com/teoria-inteligencias-multiples/

El coeficiente intelectual apenas representa un 20% de los factores determinantes del éxito. El resto puede atribuirse a variables externas, como la clase social y la suerte, e internas, como la inteligencia emocional. De esta forma vemos que la capacidad de motivarse a si mismo, de perseverar, de controlar los impulsos, diferir gratificaciones, regular los estados de animo, empatizar y confiar en los demás se transforman en factores mucho más determinantes para la consecución de una vida plena.

Quienes gobiernan adecuadamente sus sentimientos, y saben interpretar y relacionarse efectivamente con los sentimientos de los demás, gozan de una situación ventajosa en todos los dominios de la vida. A su vez las cualidades que nos aporta la inteligencia emocional nos ayuda a convertirnos en auténticos seres humanos.

Howard Gardner como un crítico destacado de la concepción de una sola inteligencia (la del CI) habla de 7 tipos de inteligencia. Hay dos tipos específicos interesantes de revisar: la inteligencia personal que nos permite tener una imagen fiel y verdadera de uno mismo, y la inteligencia interpersonal que nos permite comprender a los demas.

Parado sobre el pensamiento de Gardner, Peter Salovey amplía el abanico a 5 competencias principales: el conocimiento de las propias emociones, la capacidad de controlarlas, la capacidad de motivarse a uno mismo, el reconocimiento de las emociones ajenas y el control de las relaciones.

Fuera de los nombres es importante saber que que muchas de las habilidades vitales que nos permiten llevar una vida equilibrada, por ejemplo la capacidad de tomar decisiones, nos exige permanecer en contacto con nuestras propias emociones.

Algunas personas tienen más facilidad que otras para expresar con palabras sus propios sentimientos; existe otro grupo de individuos cuya incapacidad de hacerlo los lleva a considerar que carecen de sentimientos.

Autocontrol, el dominio de uno mismo

Es prácticamente nulo el control que podemos ejercer sobre la forma en que nuestro cerebro responde a los estímulos y sobre las respuestas emocionales que se activan, pero si somos capaces de controlar la permanencia e intensidad de de esos estados emocionales. El arte de contenerse, de dominar los arrebatos emocionales de calmarnos son habilidades que se pueden aprender y desarrollar.

El enojo es, con creces, el más visible de estos estados emocionales. El enojo es una emoción negativa, que se alimenta a sí misma en una especie de círculo vicioso. El diálogo interno de una persona enojada solo logra aumentar y aumentar el enojo. El detonante del enfado es la sensación de hallarse amenazado, ya sea una amenaza física o cualquier amenaza simbólica contra el autoestima o el amor propio.

Siempre hay razones para estar enfadados, pero éstas rara vez son buenas

Benjamin Franklin

Aunque existe una creencia popular que dice que expresar el enojo abiertamente es la mejor forma de combatirlo hay estudios que demuestran que eso solo hace que la excitación emocional del cerebro aumente y que la persona se siento todavía más irritada. Tenemos razones para enojarnos, pero como djo Franklin: siempre hay razones para estar enfadados, pero éstas rara vez son buenas.

Hay diferentes maneras de acabar con el enojo, una es la de reencuadrar la situación dentro de un marco más positivo. De esta forma analizando la información que desencadenó nuestro enojo nos puede servir para ver informacion adicional que le resten fuerza al enojo. Por ejemplo al estar enojados porque una persona llega tarde a una cita y nuestro enojo desaparece cuando nos enteramos que tuvo un accidente en el camino.

La otra forma de acabar con el enojo es una práctica que está extendida: cambiar el foco de atención. Al cortar la cadena de pensamientos se reduce la excitación y se “enfría” el enojo. Ya sea mirando una película, leyendo un libro o saliendo a dar un paseo podemos hacer disminuir el enojo y nos permite accionar de una forma mucho más sensata.

Algo similar pasa con la tristeza. Solo que por lo general buscamos evitarla a toda costa. Tratamos de librarnos de ella lo antes posible y muchas veces con recursos muy poco efectivos.

En si misma la tristeza no es necesariamente negativa, puede ser funcional, por ejemplo para recomponerse emocionalmente como sucede con el duelo tras la pérdida de un ser querido. Donde tenemos que actuar es cuando la tristeza se transforma en algo más. En un estado permanente como la depresión. En este punto lo más indicado es ver a un profesional.

El entusiasmo, la aptitud maestra para la vida

Las habilidades emocionales como el entusiasmo, el gusto por lo que se hace o el optimismo representan unos estímulos ideales para éxito. Ante dos personas con capacidades cognitivas similares lo que puede marcar la diferencia entre una existencia de éxito y una mediocre radica en los aspectos emocionales, en cómo se enfrentaron los contratiempos, en si se fue perseverante y optimista o no.

Goleman hace un recorrido sobre cómo ciertas habilidades emocionales están relacionadas con el futuro de la persona. Hace mención a un estudio específico, el Marshmallow Test o prueba del malvavisco. Con ese estudio, dicen, se puede ver que tan exitoso va a resultar una niño en base a si el niño puede esperar 20 minutos sin comerse un malvavisco, sabiendo que va a recibir 2 si espera el tiempo suficiente. En el podcast You Are Not So Smart hablan bastante del test y una de las conclusiones interesantes que se pueden sacar es que probablemente el éxito se deba a otras cuestiones que le permiten a los niños posponer la satisfacción y no el hecho de posponerla directamente. Lo que en algunos ámbitos se traduce en: Correlación no es causalidad.

Una emoción negativa que nos permite predecir casi inequívocamente el fracaso es la ansiedad. La ansiedad y la preocupación sin las habilidades para dominarlas actúan como profecías autocumplidas que nos llevan al fracaso.

Del otro lado tenemos el optimismo y la esperanza. Esta ultima no como una vision ingenua sino como la creencia de que uno tiene la voluntad y dispone de la forma de llevar a cabo sus objetivos, cualquiera que estos sean. En la carrera de coaching ontológico hablamos de PCM: Puedo, soy Capaz y me lo Merezco. Creo que son muy similares.

Lo mismo pasa con el optimismo, siempre y cuando no estemos fantaseando con algo irreal e ingenuo, nos permite no caer en la apatia, la desesperación o la depresión frente a las adversidades. El pesimista se echa la culpa de los fracasos, los atribuye a una característica personal que no puede cambiar, el optimista, en cambio, busca la causa en algo que puede cambiarse.

La empatia, ponerse en la piel de los demás

Empatía es una palabra que viene del griego empatheia, que significa “sentir dentro”, y denota la capacidad de percibir la experiencia subjetiva de otra persona. Esta capacidad de comprender lo que sienten los demás afecta muchas actividades desde ventas hasta la dirección de empresas, la política o las relaciones amorosas y la educación de los hijos.

La empatía se desarrolla en gran parte con la educación que los padres proporcionan a sus hijos. Pero una educación no formal, en los momentos de intimidad donde se da una sintonización, donde las personas constatan que sus emociones son captadas, aceptadas y correspondidas con empatía.

La falta de esta sintonía emocional es devastadora. Cuando los padres fallan repetidamente en mostrar empatía hacia una determinada gama de emociones de su hijo, el niño dejará de expresar de expresar esas emociones y es posible que incluso deje de sentirlas. Así los sentimientos que son desalentados de forma más o menos explícita durante la primera infancia pueden desaparecer por completo del repertorio emocional de una persona… y eso es preocupante.

La mayor parte de las emociones se transmite mediante lenguaje no verbal. Por lo tanto desarrollar la empatía implica desarrollar la capacidad de captar las emociones detrás de los mensajes no verbales. En coaching hablamos de escuchar al 100%. No solo con los oídos, no solo palabras, observar el todo. Cuerpo, lenguaje y emoción.

Inteligencia emocional para el trabajo

El tiempo de los jefes competitivos y manipuladores, que confunden la empresa con una selva, paso a la historia. Ahora se requiere otro tipo de liderazgo uno que no se base en la capacidad de controlar y someter a los otros, sino en la habilidad para persuadirlos y encauzar la colaboración de todos hacia unos propósitos comunes. Este último punto es clave ya que la productividad depende cada vez más de la adecuada coordinación de los esfuerzos individuales.

Al ver las diferencias entre los trabajadores “estrella” de los situados en el medio no se observaron grandes diferencias a nivel intelectual o académico, en cambio se observaron diferencias en cuanto a habilidades personales e interpersonales. Estas habilidades diferente proporcionaban a los trabajadores “estrella” una red relaciones con personas de la compañía. De esta forma las estrellas al tener que resolver problemas saben a quién dirigirse y cómo obtener apoyo en las diferentes situaciones.

Otro punto clave en el trabajo donde tenemos que trabajar la inteligencia emocional es en las instancias de feedback. Una buena crítica se centra en los hechos, lo que la persona hizo y lo que puede hacer en el futuro, sin atribuir los errores a cuestiones intrínsecas de las personas. Yo lo resumiría en no meterse con el ser.

En las instancias de feedback hay que ser concreto, ofrecer soluciones y ser sensibles al impacto de las palabras en el interlocutor. En palabras de Maturana: Soy absolutamente responsable de lo que digo, maravillosamente irresponsable de lo que escuchas y absolutamente responsable de lo que mi decir dispara en ti.

Soy absolutamente responsable de lo que digo,
maravillosamente irresponsable de lo que escuchas
y absolutamente responsable de lo que mi decir dispara en ti

Humberto Maturana

Por ultimo, los entornos profesionales actuales son cada dia mas diversos, estos constituye una ventaja competitiva. Es lo que se menciona en el habito de la sinergia, en 7 habitos. Para poder sacarle provecho se debe desarrollar las habilidades emocionales que favorecen la tolerancia y rechazan los prejuicios. El problema radica en que las emociones propias de los prejuicios se consolidan durante la infancia, mientras las justificaciones aparecen después. Aunque es posible cambiar las creencias intelectuales relacionadas a un prejuicio es más complejo transformar los sentimientos profundos que le dieron vida.

Goleman nos dice que lo más efectivo para desarrollar un ambiente laboral más tolerante es el rechazo explícito a toda forma de discriminación o acoso, por pequeña que sea. La política empresarial de tolerancia y no discriminación debe permear todos los ámbitos y constituir una práctica arraigada en cada acción cotidiana. El simple acto de oponerse francamente a ellos genera una atmósfera que los desalienta. Hacer como si no ocurriera nada equivale a autorizarlos.

Conclusión

Hay muchos síntomas que evidencian una irrupción descontrolada de los impulsos en nuestro vivir y la ineptitud generalizada (y creciente) para controlar los arrebatos emocionales.

Constantemente vemos ejemplos de situaciones donde la inteligencia se ve desbordada y los esfuerzos por entender racionalmente no son de ninguna utilidad. Vamos por la vida valorando los aspectos racionales y nos quedamos sin explicaciones cuando un chico golpea a otro por burlarse de él o cuando un conductor dispara a otro porque lo encerró.

Los estudios demuestran que, aunque todos venimos al mundo con un temperamento determinado, los primeros años de vida tienen un efecto crucial en nuestra configuración cerebral y define el alcance de nuestro repertorio emocional. De todas formas la posibilidad de alfabetizarce emocionalmente siempre está y así como las escuelas suplen la educación doméstica, las empresas y los profesionales que quieren lograr el éxito en el entorno de especialización y diversidad que caracteriza al mundo moderno deben tener consciencia de sus emociones y dotarlas de inteligencia.

Nunca comas solo

Arranque Agosto proponiendome una nueva meta para lo que queda del año. Me propuse leer al menos un libro relacionado al trabajo por semana… En realidad no un libro completo: un resumen. En parte para poder adquirir conocimientos de forma mucho más rápida, pero también para poder evaluar si quiero leer el libro por completo.

Tapa del libro Nunca comas solo.

El primer resumen que leí se llama nunca comas solo de Keith Ferrazzi. En este libro se habla de forma bastante pragmática sobre la importancia de contar con una red de contactos para nuestro éxito profesional. Algo que muchos ya nos imaginamos. Lo interesante es que no se queda solo en algunos consejos prácticos sobre cómo mantener nuestra red, también nos invita a crear relaciones profundas, reales y sinceras.

Esta postura me hizo acordar un poco al movimiento slow:

“Elegir continua y conscientemente el ritmo adecuado para lograr calidad placentera, beneficios sostenibles y conexiones verdaderas.”

Nunca comas solo afirma que no se puede triunfar solo; que en el mundo cambiante actual la lealtad y la seguridad que antes ofrecían las organizaciones ahora las dan las redes que nosotros nos armamos.

También nos dice que la clave del éxito para generar nuestras redes está en la generosidad. Ser generoso de corazón, no es una cuenta matemática donde siempre tenemos que buscar algo a cambio y donde medimos lo que aportamos y lo que obtenemos a cambio.

Nos dice, tambien, que tenemos que crear nuestra comunidad antes de necesitarla. Que el networking no se puede solo hacer cuando necesitamos algo. Lo importante es mantener nuestra red. Tenemos que poner esfuerzo en mantener nuestras relaciones. Tanto las viejas como las nuevas.

Una de las formas de generar estas relaciones de confianza con nuestros contactos es mostrarles nuestro aprecio interesandonos realmente por ellos y por su vocación. Entender lo que motiva a esas personas son las llaves para generar lazos profundos y duraderos.

Es importante, tambien, tener algo que ofrecer a los demás. Ser una persona de contenido. Saber que tenemos algo que los demás no tienen. Y eso que tenemos brindarlo al resto. No hay mejor manera de convertirse en experto en algo que enseñarselo a otros.

Debemos trabajar sobre nuestra marca personal. Una buena marca personal nos da una identidad creíble, distintiva y fiable. Una marca de éxito es la promesa y la garantía de una experiencia inolvidable. Una marca personal bien cuidada es la que nos asegura nuestros mensajes son leídos y nuestras voces escuchadas, es la que nos permite hacernos cargo de los proyectos más interesantes. Lo que determina nuestro valor de marca es lo que los demás dicen de nosotros.

En este movimiento “ascendente” el networking nos puede posicionar al lado de las personas más poderosas e influyentes. El autor del libro nos advierte de la arrogancia. Nos dice que es una enfermedad que puede hacernos olvidar quienes son nuestros verdaderos amigos. También nos recuerda que es importante que mientras subimos la montaña ayudemos a otros a subir con nosotros y delante nuestro.

También nos habla de la importancia de tener mentores y discípulos. Que ambos nos permiten aprender y que ellos también pueden aprender de nosotros. Y que tanto de un lado como del otro tenemos que buscar que nuestra contraparte obtenga lo que necesita a cambio.

A fin de cuentas lo más importante es conseguir una vida llena de gente a la que amemos. La separación entre vida laboral y personal se va desdibujando cada vez más. Pero el problema no está en lo que trabajamos sino con quien los hacemos.

El exito depende de quienes conoces y como trabajas con ellos, y la verdadera clave para beneficiarte es trabajar bien con los demas.

El amor, la reciprocidad y el conocimiento no menguan a medida que se usan. La creatividad engendra creatividad; el dinero, dinero; los amigos engendran más amigos; y el éxito genera más éxito.

Todos los conocimientos que tengamos serán el resultado de las ideas, experiencias y personas con las que nos hayamos relacionado a lo largo de nuestra vida.

Me gusto el contenido del libro… o del resumen que lei. Mientras escribo esto acá me doy cuenta que el resumen abarca una gran cantidad de información y que volcarlo a un post me sirve mucho para terminar de digerirlo.